El abogado virtual

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publicado el 11 diciembre 2014

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Ayer  JR Chaves, publicó un magnífico post en Contencioso.es (no hace falta decir que es uno de los blogs más reputados e imprescindibles de la blogosfera jurídica y el primer ganador de los premios Derecho en Red al mejor blog jurídico) con el título Abogados, los tiempos están cambiando, en el que, con su habitual y característica genial forma de expresarse, nos mostraba los cambios que se están produciendo en la abogacía y comparaba los 2 extremos que hoy en día pueden estar coexistiendo en la profesión de la abogacía.

Contencioso nos hablaba de esa polarización entre los abogados clásicos de bufetes clásicos con todos los tópicos que ello conlleva en cuanto a zonas de despacho, forma de vestirse, mobiliario e incluso forma de comunicarse y dirigir su tarea jurídica, contraponiendo a lo que ahora nos podemos encontrar  como abogados modernos en bufetes tecnológicamente avanzados, que por supuesto, tienen un matiz más actual, con conocimientos tecnológicos, audaces, etc. Dicha reflexión y, como bien indica, mostrando casos extremos existiendo entremedias muchas clases diferentes de abogados/as, como las denominadas «boutiques del derecho«. Esta descripción me permite hacer una reflexión personal sobre el futuro, no tan lejano, de la abogacía y que supera también esos clichés impuestos. Como digo, en breve veremos, si es que no nos lo estamos encontrado ya esa otra forma de entender la profesión actual:

El abogado virtual (y siguiendo la estructura de Contencioso):

  • No tiene sede física, su despacho está en el ciberespacio, e incluso su propio colegio se encuentra en la «nube».
  • No tienen porqué ser bufetes unipersonales, la tecnología permite gestión de proyectos conjuntos con sus compañeros/as en la red.
  • Alto grado de conocimiento tecnológico, utiliza todo su conocimiento en la tecnología para utilizar todas las herramientas necesarias a su alcance tanto para dar la mejor respeusta a sus clientes, como la captación de los mismos.
  • Internet, las redes sociales y nuevas formas de comunicarse son su mejor campo de captación de nuevos clientes o, incluso, alianzas según las propias necesidades.
  • Se desplaza allá donde el cliente le requiera, o utiliza herramientas tecnológicas para evitar desplazamientos y reuniones innecesarias.
  • Alto grado de especialización, no se dedica a todo, por el contrario, su ámbito de especialización es cada vez mayor. Eso sí, actua en alianzas con otros compañeros, despachos.
  • Utiliza si es necesario espacios de coworking y todos los servicios que una economía cada vez más colaborativa le proporciona.
  • Alto grado de formación contínua, asistiendo ya sea virtual o personalmente a los cursos y eventos que más le interesan.
  • Quizá sea «low cost», por sus bajos costes operativos, pero su especialización también genera un plus.
  • Virtualidad no quiere decir peor o menos trato con el cliente, por el contrario más posibilidad de estar cerca o junto al cliente.
  • Lenguaje directo y entendible con sus clientes.
  • Flexibilidad, automatización y conocimiento.

Por supuesto, tampoco es una forma de etiquetar ni que sirva para todos/as, sino que será otro de los perfiles que nos encontraremos y que habrá que tener en cuenta. ¿funcionará el abogado virtual? Estoy seguro de ello, si es que no está funcionando ya.